La ley y las instituciones dicen que todo esto es ilegal. Pero el tiempo pasa, y nadie hace nada. El problema crece, el conflicto aumenta, y cada vez nos alejamos más del espíritu que dio vida a Residencial Campestre.
El desarrollador Pisano El Constructor jamás entregó la obra al municipio.
El desarrollador jamás entregó la obra al municipio, no construyó la casa club y dejó el fraccionamiento en manos de particulares. Aquí empieza la raíz del conflicto.
No se hizo entrega oficial a Aguakán, dejando el sistema en manos de particulares.
Sin entrega formal a Aguakán, los servicios de agua quedan en manos privadas, sin control ni legalidad.
Los valores que estamos perdiendo
Libertad, respeto, equidad y comunidad están siendo pisoteados por decisiones unilaterales. Es momento de recuperar nuestro fraccionamiento y proteger sus valores.
¿Queremos un fraccionamiento que asuste o que atraiga?
La seguridad patrimonial no solo depende de guardias y rejas: depende de respeto, legalidad y gestión responsable.
Ya no es solo un tema de cuotas: es un problema que afecta nuestro patrimonio, la tranquilidad de nuestras familias y la reputación de la comunidad entera.